Las necesidades humanas no son más que las razones por las que hacemos las cosas. Las personas nos movemos y actuamos para cubrir una carencia. Esa necesidad nos motiva a esforzarnos hasta conseguir satisfacerla.

Aceptar que además de nuestro trabajo existe un factor externo, el factor lotería o suerte, nos ayudará a aceptar los resultados negativos sin caer en la decepción. Deshacerse de esa responsabilidad total con respecto a los outputs nos ayudará a trabajar sin descanso sin desmotivarnos si no alcanzamos nuestros objetivos o satisfacemos nuestras necesidades.

Ese trabajo desinteresado es como comprar más y más papeletas de la lotería. Si no juegas seguro que no ganas, pero si juegas no te aseguras ganar. 

La vida es jugar. Vivir consciente de vivir en esa lotería es tener un billete premiado.